Faccies (miceláneas)
Del síndrome
mediastínico. Es una
facies voluminosa, edematosa, con ojos salientes; las venas se hallan marcadas
e ingurgitadas y se observa edema en esclavina (hombro y cuello). Puede haber
cianosis. Se produce por obstrucción mediastínica debida, en general, a un
tumor ubicado en esta zona.
Dislipémica. Es una facies envejecida con el
cabello entrecano y arco senil a nivel de la córnea. Es de interés el hallazgo
de una línea horizontal en la parte superior del lóbulo de la oreja. Se
encuentra en los pacientes con ciertas alteraciones de los lípidos sanguíneos.
De la
enfermedad de Hand-Schüller-Christian. También llamada facies de sapo, se caracteriza por
presentar exoftalmos uni o bilateral y caída de los párpados superiores.
De la
insuficiencia renal (figura
18-12). Es una facies abotagada, con edema palpebral, de coloración pálida o
amarillenta y con cabello ralo. Se diferencia de la facies hipotiroidea porque
el paciente presenta ansiedad y depresión motivadas por su enfermedad.
Mongólica. La cara es redondeada y pequeña,
con epicanto (o tercer párpado) exagerado que borra el ángulo interno del ojo.
Las orejas son salientes, en forma de asa, los labios gruesos y la lengua
prominente.
Es
característica del síndrome de Down o trisomía 21, que cursa con grados
variables de déficit intelectual.
Hipocrática. Es una facies pálida, con rasgos
afilados y ojeras violáceas circundando a los ojos que se hallan hundidos. Es
característica de los cuadros de deshidratación y de shock.
Del síndrome
de Williams o facies de duende. Se caracteriza por la presencia de ojos prominentes,
nariz respingada y deficiencia intelectual, aunque la mirada es brillante. A
veces se observa una estenosis aórtica supravalvular y frecuentemente existen
lesiones similares en la arteria pulmonar. En ocasiones coexiste con una
hipercalcemia idiopática o hipervitaminosis D.
Hemihipertrófica. En esta facies una hemicara es más
grande que la otra. Se la encuentra en la hemihipertrofia facial o enfermedad
de Friedreich-Montgomery, que consiste en el crecimiento excesivo del hueso por
hemangioma, linfangioma o neurofibroma.
Hemiatrófica. Es una facies opuesta a la
anterior con atrofia de la piel, los músculos y los huesos, como sucede en la
enfermedad de Romberg.
Alcohólica. Se caracteriza por una mirada
brillante, con inyección conjuntival, telangiectasias y nevos arácnidos. En
ocasiones se encuentra una hipertrofia parotídea bilateral.
Del síndrome
de Turner. Las
pacientes afectadas tienen una cara infantil, con desarrollo exagerado de los
músculos cutáneos del cuello; de los bordes laterales del cuello parten unos
pliegues que le dan aspecto de facies alada o de esfinge. Se trata de un cuadro
de intersexualidad caracterizado por la presencia de un cromosoma X único, con
genotipo XO y ausencia de ovarios.
Miopática. Se observa saliencia hacia
adelante del labio superior, por atrofia y flaccidez muscular (hocico de
tapir). La boca y los ojos no cierran bien, la risa se hace en sentido
trasversal y la ejecución del silbido es imposible. El aspecto es triste, con
atrofia de la frente y de la mejilla (rostro en careta).
De rana. Es una facies con exoftalmía,
estrabismo divergente y gran distancia entre ambas órbitas. El cráneo es
braquicéfalo, con prominencia de la bóveda en forma de techo a dos aguas. Se la
observa en la disostosis craneofacial o enfermedad de Crouzon.
Del síndrome
de Werner. Se
caracteriza por la presencia de cabellos grises, pelada de la frente, cataratas
oculares y piel atrófica. Es la facies del envejecimiento precoz.
De Hürler o
del gargoilismo. Es una
facies grotesca. Los ojos están separados, con puentes supraorbitarios
prominentes, y los labios y dientes son pequeños. Estos pacientes son anchos de
frente y aplanados de perfil. Se la observa en las mucopolisacaridosis
(depósitos de mucopolisacáridos en los tejidos).
De la
sarcoidosis. Se
caracteriza por una protrusión lateral de los globos oculares, debido al
engrosamiento de las glándulas lagrimales.
Del síndrome
de Gardner. La facies
es deforme debido a la presencia de osteomas frontales que constituyen el
síndrome de Gardner. Existen además múltiples osteomas en otras localizaciones,
quistes epidermoides y poliposis intestinal.
Del niño
golpeado. Se
caracteriza por la presencia de hematomas y excoriaciones de reciente y de
larga data, con ojeras y expresión de tristeza.
Bibliografía
Escrito por Leidy Gonzabay P.
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