Trastorno de personalidad antisocial



Etiopatogenia social y genética del trastorno de personalidad antisocial


     Es importante “conocer el nivel de funcionamiento de la personalidad de un individuo y su perfil de rasgos patológicos proporciona al clínico una rica base de información para la planificación del tratamiento y para la predicción del curso de muchos trastornos mentales” (Esbec y Echeburúa, 2014, p.256). En este contexto, dentro de los trastornos de personalidad se encuentra el de la personalidad antisocial o psicopatía. Los pacientes con este trastorno tienden a involucrarse en actos criminales, de manera que sus estados mentales pueden afectar a la sociedad. Además, los comportamientos desadaptativos característicos de este trastorno suelen ser inmodificables y no se conoce un tratamiento totalmente eficaz. En este sentido, el propósito del ensayo es analizar la etiopatogenia del trastorno de personalidad antisocial. A continuación, se expondrá la definición, características, y causas genéticas y sociales de este trastorno.

     Los individuos con trastorno de personalidad antisocial presentan un patrón permanente de comportamiento, dentro del cual se encuentra la manipulación, irresponsabilidad, impulsividad y conducta sexual promiscua. Estas personas no sienten empatía hacia los demás y no tienen recepción afectiva; son egosintónicos, egocéntricos y mentirosos compulsivos, de ahí que aplican la mentira patológica (Esbec y Echeburúa, 2014, p.258). Además, presentan agresividad, esta última relacionada con actos criminales. Cabe tener en cuenta que las personas antisociales suelen tener más poder convencimiento que los individuos sin este trastorno, dado que buscan incesantemente obtener beneficio propio.

     Usualmente, se caracteriza a los psicópatas como asesinos en serie, no obstante esta afirmación es errónea, dado que el trastorno disocial de la personalidad incluye otros aspectos no criminales como los que se mencionaron anteriormente. Por consiguiente, un familiar, amigo, militar, político, sacerdote o cualquier persona podría estar padeciendo este trastorno. Por lo tanto, para decretar que una persona tiene trastorno antisocial debe presentar determinados rasgos psicopáticos que abarcan varias facetas entre las que se encuentran las relaciones conflictivas en distintos aspectos de su vida y delincuencia juvenil.

     Dentro de los factores genéticos que se consideran causantes de psicopatía se encuentran los polimorfismos de la enzima triptófano hidroxilasa (TPH) que sintetiza serotonina. También, se ha asociado a la agresión con defectos en el gen que codifica la MAO-A, una enzima que cataliza los neurotransmisores monoaminas, es decir, dopamina, noradrenalina y serotonina, esta última mediante el receptor de serotonina (5-HT). Asimismo, se ha asociado a la testosterona con la agresividad, dado que se han encontrado elevadas concentraciones de esta hormona en personas con trastorno antisocial.

     La segregación de altas concentraciones de testosterona es una característica de los individuos de cariotipo XYY. Pimentel, Fajardo y García (1999) afirman que “Los varones XYY se originan por falta de disyunción paterna en la II división meiótica, que produce espermatozoides cromosómicamente YY” (p.2). Esta es una malformación genética conocida como el Síndrome del Superhombre, los individuos con este síndrome presentan perturbaciones en zonas cerebrales encargadas de controlar la emotividad, de manera que inhibe la serotonina y como consecuencia no se bloquean los impulsos agresivos.

     Sin embargo, la variabilidad genética va acompañada de la influencia ambiental para formar el fenotipo psicológico de un individuo con trastorno disocial de la personalidad. En consecuencia, los factores circunstanciales como falta de amor filial, entorno hostil, experiencias traumatizantes, decepciones amorosas o fracasos académicos y profesionales propician la expresión de este trastorno. Pilligua (2017) afirma que “durante el desarrollo infantil existen predictores que permiten inducir si un niño podría desarrollar este tipo de trastorno, estos predictores son: precocidad sexual, maltrato animal (es decir que hieren a los animales) y piromanía” (p.2). En este sentido, las características psicopáticas de una persona pueden irse desarrollando desde la infancia.

     En conclusión, el trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por un conjunto de conductas que un individuo practica con el objetivo de buscar su conveniencia sin tener en consideración las implicaciones negativas de sus actos. Este trastorno es multifactorial, dentro de las cusas genéticas se encuentran las alteraciones en los receptores de neurotransmisores y el cariotipo XYY, este último es un factor pre disponible pero no es un determinante, es decir todos los hombres XYY no llegan a expresar los rasgos patológicos del trastorno antisocial, esto se debe a que el ambiente en que se desenvuelven las personas influye sustancialmente en el desarrollo de este trastorno. En este sentido, las causas sociales como el ambiente familiar y escolar, grado de escolaridad y el nivel socioeconómico suelen ser factores propiciadores de la psicópata, teniendo en cuenta que esto no siempre implica que la persona es un criminal potencial.   

Referencias bibliográficas
Esbec, E. y Echeburúa, E. (2014, octubre, 17). La evaluación de los trastornos de la personalidad según el DSM-5: Recursos y limitaciones. Terapia Psicológica. 32(3), p. 256.

Esbec, E. y Echeburúa, E. (2014, octubre, 17). La evaluación de los trastornos de la personalidad según el DSM-5: Recursos y limitaciones. Terapia Psicológica. 32(3), p. 258.

Pilligua, J. (23 de Agosto de 2017). Etiopatogenia social y genética del trastorno de personalidad antisocial. (L. G. Parrales, Entrevistador) Guayaquil, Ecuador, p.2.


Pimentel, H.I., Fajardo, J. y García, J. (1999, mayo-agosto). Duplo y: ¿estigmatización genética?. Revista Cubana de Investigación Biomedica, 18(2), p.2. Recuperado de: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03001999000200007


Bibliografía
Escobar – Córdoba, F. (2010, abril - junio). La evolución diagnostica de la psicopatía. Revista de la Facultad Medica, 58(2).Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-00112010000200001
Jordá – Sanz, C. y Besteiro – Yusty, J. (2013, octubre, 16). La psicopatía en menores infractores: retos para su investigación e intervención. Revista Criminalidad, 55(3): 265-278.

Mejía, C.A., García, J., Palacio, C.A., Correa, O.A., Gil, C. y Arango- Viana, J.C. (2004, diciembre). Aspectos neurobiológicos de la psicopatía. IATREIA, 17(4), p. 370 – 382.

Pérez, B., Rodríguez – Díaz, F.J., Herrero, J. y Fernández-Suarez, A. (2016, julio). Perfil del psicópata institucionalizado sin comportamiento criminales previo a su entrada en prisión. Terapia Psicológica, 34(2). Recuperado de: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082016000200001

  Escrito por Leidy Lisbeth Gonzabay Parrales



Comentarios

Entradas populares de este blog

Facies correspondientes a enfermedades respiratorias

Semiología de síndromes respiratorios

Práctica: Embriones de pollo